Dom. 23. Jun 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

ESTAR ATENTOS A ECUADOR (Rodolfo O. Gianfelici)

ESTAR ATENTOS A ECUADOR (Rodolfo O. Gianfelici)

SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  En 2017 (último año del gobierno de Rafael Correa), Ecuador fue reconocido el segundo país más seguro (después de Chile) en toda América Latina, con una tasa de homicidios de 5,8 por cada 100.000 habitantes.

Apnas 6 años más tarde y luego de las acciones de presidentes neoliberales y totalmente contrapuestos a las acciones de Correa, llevron al país a ser el más inseguro y peligroso de América Latina. La tasa de homicidios, en 2023, llegó a los 45 por cada 100.000 habitantes (la tasa más alta de su historia).

Se trató de un plan ‘perfectamente’ ejecutado por gobernantes y políticos cooptados por Washington. Porque desde Washington, al no poder lograr voltear a Nicolás Maduro en Venezuela, ni a profundizar sus políticas intervencionistas en Colombia (por decisión del presidente Gustavo Petro), decidió avanzar, acelerar, y consolidar su sometimiento de Ecuador.

Porque EEUU ‘necesita’ un sitio de confiabilidad para que el Pentágono pueda trabajar en su tarea de desestabilización de Sud América.

En ese sentido, desde la esfera imperial consiguieron que el servilismo de las clases dirigenciales ecuatorianas, traidoras a su país les facilite sus objeticos tácticos en la región.

Fue así que se expandió el narcoterrorismo, el crecimiento de las bandas criminales, los asesinatos, la corrupción. Lo fue acompañado por la intervención de las fuerzas policiales y militares ecuatorianas sobre su población, atacando a los sectores populares, criminalizando las protestas y lanzando sin miramientos la persecución política.

No fue casual que Ecuador haya sido llevado a semejante estado de inseguridad y criminalidad. Estuvo todo planificado con la participación cómplice de los diferentes gobiernos de derecha.

En medio de todo ello se lanzaron operaciones que causaban risa, como la “toma” (Foto) de un canal de televisión; la sospechosa fuga de la cárcel de dos narcotraficantes; y numerosos actos criminales que incluyeron asesinatos de políticos. Para dar “solución” a ello, el corrupto mandatario Daniel Noboa, sacó al Ejército que “restableciera el orden” (¿?).

Caracterizó a la situación ecuatoriana como un “conflicto armado interno”; una suerte de imitación de lo que años atrás sucedió en Colombia. Casualmente, otro país donde la intervención estadounidense (y de Israel) ha sido mayúscula.

Como para dar más ‘protección’ al plan de desestabilización y a la “respuesta” oficial, Noboa no dudó en identificar y denunciar la existencia de una veintena de bandas criminales; de hablar de “organizaciones terroristas” y de “actores no estatales beligerantes”. Todo ello aprendido del libreto que Washington ‘baja’ a las clases dirigenciales corruptas y cómplices en Latinoamérica.

Si se analiza en el ámbito argentino, esa misma terminología es la que utilizan políticos como Patricia Bullrich, Maximiliano Pullaro, Pablo Javkin... Pudiéndose notar que ellos tres –como simples ejemplos-, pertenecen a fuerzas políticas diferentes (PRO, UCR, PS), pero son coincidentes en adoptar el discurso washintoniano y pentagoniano...

Nada es casual, todo es causal; nada es gratuito, todo se paga...

Ecuador se encuentra –territorialmente hablando- en la disputa de dos de los principalísimos cárteles de la droga de México: el de Sinaloa y el de Jalisco. Ambos actuando a través de “representaciones” locales.

Lo que evidencia que se está ante un plan mucho más profundo y macrabro, respecto a imaginar que es una simple disputa de bandas locales. Atrás de este plan está Estados Unidos y sus ‘herramientas': Pentágono, DEA, embajadas, cadenas informativas, legisladores, y –lógicamente- Laura Richardson (60 años), la segunda mujer del Ejército en alcanzar el rango de general de cuatro estrellas, responsable del Comando Sur de Estados Unidos (que se encarga de las operaciones de su país en América Latina y el Caribe).

Y si se vuelve a analizar el tema argentino, dicha uniformada es la que ha venido en varias oportunidades al país y se ha dado el lujo de fijar la agenda exterior militar argentina, influyendo (ordenando?) sobre el mismísimo presidente Javier Milei.

Su poder se ha incrementado tanto en los últimos meses que desplazó de la “natural” influencia (sobre este tipo de dirigentes ultraderechistas) al propio embajador estadounidense.

El paso siguiente de Washington en la llamada “crisis de seguridad” ecuatriana, es la intervención lisa, llana y directa. Es aquí donde se hace necesario recordar que el anterior mandatario de Ecuador, Guillermo Lasso, estuvo en EEUU a fines de septiembre de 2023, donde firmó 2 acuerdos internacionales que se mantuvieron en secreto.

El primero autoriza la presencia de buques militares estadounidenses en aguas ecuatorianas; y el segundo refiere a la presencia de militares de Estados Unidos en Ecuador.

Para tratar de disfrazar esta cesión de soberanía y traición a su país, se habló que el principal tema es el del narcotráfico. Por ello tomó parte de la reunión donde se formalizaron tales vergonzantes acuerdos, el representante republicano Dan Crenshaw, que está al frente del “Grupo de Trabajo del Congreso para Combatir a los Cárteles de la Droga Mexicanos”.

Claro que como contradicción a esa presencia, también estuvieron presentes representantes del Ejército de EEUU, de la Guardia Costera y del Departamento de Defensa...

Cómo se puede hablar de ambos lados (Ecuador y EEUU) de sostener que se defienden de los narcos mexicanos, cuando... ellos mismos son los que ‘autorizaron’ que los carteles de Sinaloa y de Jalisco desembarquen en suelo del país sudamericano...?

Pero también es necesario destacar que la gestión de Joseph Biden ha dejado al descubierto que tiene un especial interés en Sud América. Tal es así que en abril de 2022 emitió la peligrosísima “Estrategia de los Estados Unidos para Prevenir Conflictos y Promover Estabilidad”.

Mediante la misma se promete atacar “la vulnerabilidad de un país o región al conflicto armado, la violencia a gran escala u otra inestabilidad, incluida la incapacidad para gestionar amenazas transnacionales y otras perturbaciones significativas” (¿?).

Es algo escandalosamente armado para lo que necesitan la complicidad -en la región- de personajes como Lasso, Noboa, Lenín Moreno, Juan Guaidó, Julio Martínez, Alvaro Uribe, Mauricio Macri, Jair Bolsonaro, Dina Boluarte, Javier Milei, Luis Lacalle Pou, Santiago Peña, Patricia Bullrich, Gabriel Boric, Luis Petri, Oscar Aguad...

La norma washingtoniana antes citada –dirigida directamente a justificar su intervencionismo militar-, fue ‘reforzada’ en octubre del mismo 2022 con la “Estrategia de Seguridad Nacional (NSS-2022)”. Allí se hace referencia a la idea de “disuasión integrada” para la política de defensa estadounidense.

Y como para que no queden dudas de cómo se van elaborando los eslabones de una cadena militarista imperial, ese personaje Crenshaw, en enero de 2023 presentó (junto a otro congresista), el proyecto: “Autorización para el uso de la Fuerza Militar” contra los carteles mexicanos.

Lo que poco después fue ratificado por la senadora republicana Lindsey Graham con su proyecto: “Fin Narcos”. Allí refiere a 9 cárteles mexicanos a los que nombra como... “organizaciones terroristas extranjeras”.

Y es allí donde los políticos y funcionarios argentinos... usan la misma terminología...

Este nuevo plan intervencionista imperial no es igual al de años anteriores, que llevaron a EEUU a los rotundos fracasos en Vietnam, Afganistán e Irak, sino que ahora ha sido aggiornado, y la decisión es la de aparecer, dar los ‘golpes’ necesarios, mostrar la máxima movilidad y luego retirarse. Para lo cual debe contar con la seguridad que todo lo avanzado, quede en manos ‘amigas’.

De allí que desde hace años trabajan en cooptar dirigentes de todas las fuerzas políticas en cada país sudamericano. No importan sin aparecen enrolados en partidos ultraderechistas, centristas, progresistas, socialistas, populistas o como se autodenominan. Lo importante es que sean peones del ajedrez imperial.

En ese sentido ‘capacitan, ‘forman’, aportan tecnología, suscriben acuerdos de cooperación, pagan viajes a EEUU... no solo a políticos, sino también a legisladores, dirigentes sociales, dirigentes de organizaciones intermedias, integrantes del poder judicial...

No dejan nada librado al azahar. Trabajan con planes a décadas hacia el futuro.

Decir intervención estadounidense es decir a la vez, participación de la OTAN. Y si volvemos a tratar la situación argentina, es bueno tener presente que el gobierno de Milei, en la persona del titular de Defensa, el radical Petri, pidió la incorporación de Argentina... a dicha alianza militar atlántiva (¡).

Ecuador se ha transformado en la gran plataforma para re-lanzamiento de las drogas que carteles mexicanos se encargan de ingresar a Europa y EEUU. Y en ello Washington no es ajeno.

La excusa del problema narco, en verdad se trata de permitir que EEUU (la OTAN) refuerce su presencia en suelo sudamericano, en la nueva conformación mundial del poder anglosajón mundial contra Rusia y China.

Es casual que las autoridades ecuatorianas hayan dicho que enviarían material militar de apoyo a Ucrania, y que Milei se haya manifestado en total apoyo del criminal y corrupto mandatario de ese país, Volodimir Zelenzki...?

No Es todo coherente

De allí que los argentinos debemos mirar la situación ecuatoriana con preocupación y como una advertencia. Los sirvientes de Washington y de la OTAN (ocupantes de las Islas Malvinas) están mucho más cerca de lo que muchos imaginan.